viernes, 12 de octubre de 2012

LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO

Hemos iniciado el Año de la Fe. Como si la ficha me cayera, una serie de acontecimientos que fueron sumando me ha situado en una nueva realidad que comienza a armarse como las piezas de un rompecabezas. 
Hace algunos años, no muchos, las modificaciones políticas en Europa, más, ante todo, las modificaciones sociales, eran afrontadas por los pastores de la Iglesia con un llamado "a reconocer las raíces cristianas de Europa"". Algo similar hacían los pares latinoamericanos. Con este llamado se pretendía evitar decisiones claramente opuestas a la cosmovisión cristiana que ha nutrido por siglos la vida de nuestros pueblos. Hoy ya no se usa semejante aseveración. Es anacrónica. Es verdad. ¿Para qué reclamar lo que en realidad ya no existe?¿A alguien se le moverá un pelo por las dichosas raíces? Sin que obste por esto creer con firmeza que no se debiera hacer un corte tan drástico y oponerse a lo mismo que ayudó a sustentar la historia y el progreso de los pueblos. 
Hace unos días fuimos a Zárate, ciudad del norte bonaerense, y al pasar por la plaza encontramos en una de las esquinas un monumento al Che Guevara. Su icono clásico parece emerger del suelo. Está apenas a un metro de altura del nivel del suelo. Muy significativo. Yo lo ví brotar de la historia. Se presentó ante mi el recuerdo de aquellos años en los que su figura era poco menos que satánica, y el símbolo de la muerte. De hecho, su muerte fue considerada como un gran triunfo sobre el crimen político organizado, o más, sobre las ideologías que entonces querían imponerse en latinoamérica. ¡Hoy tiene monumento! ¡Quién te viera y quién te ve!
Sumemos algo, el triunfo de Chávez en Venezuela. El socialismo puro de un personaje carismático dispuesto a decir cualquier cosa de los demás. El festejo de su triunfo en Buenos Aires. La conmemoración de la creación de Montoneros hace unos meses y la reivindicación de las figuras que fueron el símbolo de la lucha armada, los secuestros y el terror del Paìs otrora. La coexistencia del gobierno electo y de grupos populistas con poder de decisiòn política y con apoyo económico. 
Sumemos todo y veremos que estamos ante una nueva realidad donde se ve que para el cristiano la cosa no está "como era antes". Hasta el refrán fue superado.
No voy a hacer un análisis de la situaciòn de la Iglesia hacia adentro, pero señalo que también ese es un dato para la nueva realidad. 
La queja ya no sirve. Ahora hay que descubrir dónde se apoyará la evangelización. Ya no tiene un marco político de fondo, no tiene un sustrato social arraigado, salvo situaciones puntuales. Es necesario seguir viviendo como somos, y aprender a disfrutarlo, a valorarlo. Descubrir el nuevo modo de presentar a Jesús. No está fácil. Pero hay que dejar de lamentarse, no perder tiempo y ponernos a pensar en el cómo evangeliaar, el qué ya lo sabemos y lo tenemos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

ABORTO NO PUNIBLE

Ya la frase aparece negativa, y de verdad lo es. Una contraposición invitable lo está declamando: elegimos la muerte de alguien para que otro viva. A simple vista parece que la elección es lo que se plantea. Pero hay que ponerse del lado de los que piensan en la mujer embarazada. Y decirlo ya es comprenderlo. La mujer es el sustantivo y el embarazo es el adjetivo. El asunto pasa por cambiar la situación de  una mujer. Este es el planteo para entender la postura a favor de un aborto no punible. La suerte de que se haya dejado la frase negativa delata de lejos que todos sabemos que es punible en alguna situación. Y si lo es en alguna, significa que lo es siempre, porque el objeto de la acción no es una cosa sino una persona.

Volvamos al adjetivo, embarazada. También se ve que la acción es de la mujer "estar embarazada". Es cierto, lo está. La hipocresía en que se transforma aquella "futura mamá" que pasa a ser "mujer embarazada"; aquella foto feliz de la ecografía donde todos los que lo celebran hacen mimos al "bebé" y que ahora es una mirada reclamadora de la infeliz situación de un feto que ha arruinado la vida de esta pobre mujer. Un cambio de sentimientos y de pensamientos en un tris. La misma mujer "que lucha por sus derechos", será mañana la feliz mamá que "hace mucho que esperaba esta noticia". La situación no es de lo que pasa sino de lo que se siente. Y aquí radica la razón sin razón.

Si antes lo científico importaba para decir que algo era verdadero y bueno, ahora ya no lo es. Aunque se haya demostrado por lejos que hay vida humana desde el primer instante de la concepción, eso ya no importa porque lo que hoy cuenta es la ideología. Es decir, cuentan las ideas, no las personas. A mi esto me ayuda a cerrar el por qué de las ideologías totalitarias, que en su esencia son todas lo mismo las dictaduras y el comunismo, el socialismo y las teocracias modernas. En todas hay un lider que se considera el sumum de la interpretación de la realidad, que es incriticable, que cierra medios de prensa, que mantiene a los pobres más pobres porque en realidad lucha por los pobres... con  migajas. Y que decide que todo lo que las masas quieran está bien, siempre que lo apoyen. Y que fomenta la violencia como mecanismo de soporte de poder. A ese lider le rinden pleitesía todos los demás que danzan a su alrededor, también los supuestos opositores que son sólo oportunistas dispuestos a ganar cualquier espacio de poder. Pero ya me fui del tema, aunque no tan ajeno a lo que digo.

La ideología que manda determina que las decisiones de los individuos, sin compromisos con la realidad, con la verdad, con el bien común. Sin compromiso con los derechos humanos fundamentales, pero, contradictoriamente, por buscar y apoyar esos derechos humanos. Queriendo justicia "para todos", menos para los más indefensos. Luchando contra el dominio de los imperialistas, pero dejándose gobernar por las decisiones imperialistas de los nuevos grupos de poder que dictan decisiones de las organizaciones internacionales (como el protocolo del CEDAW).

La ideología ofusca la razón, impide ver la realidad, hay que repetirlo, y es fuente de crímenes tan incomprensibles como el asesinato de un niño indefenso a quien se acusa de ser una carga para su madre y se lo llama indeseado, y causa de graves trastornos para la mujer. A tal punto que el aborto, la muerte de esa persona humana, es un derecho de otra. Queda siempre en el aire la pregunta ¿puede la muerte de una persona ser un derecho de otra?

sábado, 22 de septiembre de 2012

EL SEÑOR JESÚS, CASADO Y CON HIJOS

Parece increíble que ante la menor noticia científica, inmediatamente los medios se hacen eco reflotando las fantasías de Dan Brown y todo comentario que no tiene ningún fundamento para dar una "novedad" sobre el Señor Jesús.
Claro, el papiro pequeño que contiene una frase sobre la esposa de Jesús ya hace sacar las conclusiones a medio mundo: periodistas, comentadores, ateos y el verdulero de la esquina. Todos son biblistas ahora. Y algunos expertos en papirología.
Papiro con un texto de los Hechos de los Apóstoles
¿Qué tiene de cierto el tema del papiro famoso? tiene de cierto que es auténtico, en cuanto pertenece al Siglo IV. O sea, ya cuatro siglos de vida de la Iglesia, con una gran maduración de la fe. En ese momento las iglesias del norte de Africa con san Agustín a la Cabeza y las de Europa con San Ambrosio, como hitos descollantes, habían crecido bastante en todo. Sobre todo en tradición y vivencia de la fe. O sea, Tradición en cuanto al conocimiento y experencia viva del sentir transmitido por las generaciones de cristianos. Sería muy extraño que a esas alturas se ignorase la existencia de una esposa del Señor. Menos en los orígenes, cuando ya la figura de la Virgen María es mencionada en la Escritura. Pero vamos en orden.
En  las Escrituras se menciona, por ejemplo, la suegra de Pedro, con lo cual sabemos que Pedro es casado. Por su parte San Pablo dice que los que quieran casarse que lo hagan, aunque recomienda "quedarse como él", o sea, célibe. El tema es, ¿por qué habrían de ocultar un matrimonio de Jesús los escritores sagrados si esto no era un obstáculo para la obra del Señor? Al menos lo podemos pensar con toda certeza porque la novedad del Evangelio no tenía por malo que el Señor hubiese estado casado. Pero de hecho, por esos testimonios, sabemos que no fue así.
Al siglo IV, los escritos del Nuevo Testamento estaban muy bien definidos. Es cierto que existían entonces papiros por aquí y por allí. De hecho, los Evangelios se han compilado en base a esos escritos de papiros. De todos ellos, este actualmente descubierto desentona en sus contenidos, puesto que los que se utilizaron para la redacción del Evangelio tienen coherencia entre ellos. Esto, dicho de modo simple, es el criterio de autenticidad del escrito como inspirado o no. Más teniendo en cuenta la existencia de otros escritos llamados "apócrifos" (falsos) como ya lo fue bien sonado el Evangelio de Judas. Hay muchos más, nada más que la prensa hace famosos a algunos más interesantes. En conclusión, la aparición de un pequeño fragmento con una afirmación clara sobre un matrimonio de Jesús no necesariamente hace verdadero su contenido.
El Señor Jesús llamó también a las mujeres a ser sus discípulas. 

El papiro en cuestión también afirma de que esta mujer fue discípula del Señor. Con esto la conclusión, traída de los pelos, es que las mujeres pueden acceder al sacerdocio. De hecho, el Señor Jesús, siempre tuvo discípulas, rompiendo con las tradiciones judaicas de la época donde esto era inadmisible. Lo menciona expresamente el Cap. 7 del Evangelio de San Lucas, y hay muchos testimonios más. Pero ninguna de ellas fue elegida "apóstol", ni se les impuso las manos para que fuesen sacerdotisas. Tampoco en los siglos siguientes ni los apóstoles inmediatamente ni sus sucesores impusieron las manos a mujer alguna, siguiendo lo hecho por el Señor.  Y así, la Iglesia, hasta hoy, ha considerado que no puede hacer algo que el Señor no quiso hacer en algo tan esencial como el ministerio sacerdotal, el cual no es simplemente una cuestión organizativa, sino una cuestión sacramental. 
Resulta quizá interesante considerar que toda apreciación sobre la vida interna de la Iglesia que hacen los de afuera y algunos de adentro, se funda en un hecho de ruptura histórica que es inadmisible al hablar de la existencia misma de la Iglesia católica. Y esto debido a que su vida se funda en la tradición como parte del camino de la Revelación. La Iglesia es un misterio para sí misma, y su camino, es camino guiado por el Espíritu Santo; nunca una novedad que "se construye" por las tendencias del momento. Por supuesto, salvado el hecho de que la vida misma de la Iglesia en cada tiempo sigue los impulsos del Espíritu Santo, discerniendo la novedad del Evangelio en el momento presente sin prescindir del camino que el Señor le ha ido marcando a lo largo de los siglos.

martes, 5 de junio de 2012

SER IGLESIA EN TIEMPO REAL. EL HOY Y SUS DESAFÍOS


+ Felipe Arizmendi Esquivel, Obispo de San Cristobal de las Casas, México
HECHOS

La reciente destitución del director del banco del Vaticano y la filtración de documentos reservados al Papa, que reflejan posibles irregularidades internas, han dado lugar a que algunos se solacen desacreditando la autoridad moral que tiene nuestra Iglesia y a que personas débiles en su fe desconfíen, duden y se alejen. Sufrimos burlas y descalificaciones, que se suman al descrédito por los vergonzosos crímenes de pederastia clerical. Cuando inculquemos valores evangélicos o denunciemos el pecado, nos van a echar en cara estos hechos; los que no quieren reconocer sus fallas ni convertirse, se defienden aludiendo tanto a errores innegables del pasado, como a situaciones actuales nada coherentes con la fe.

En todas partes y en todas las instancias de autoridad, recibimos documentos de toda índole; por ejemplo, unos a favor de un sacerdote, y otros en contra. Nuestro deber pastoral es escuchar, analizar y tomar decisiones; pero si se divulgan sólo las opiniones desfavorables, no hay objetividad. En el caso de la Santa Sede, es normal que al Papa le lleguen escritos de toda clase, para que tenga suficiente información y decida lo pertinente; pero no por el hecho de que le lleguen denuncias y se divulguen, ya por eso todas son verídicas y justas. Muchas veces el escándalo se basa en hechos no comprobados.
CRITERIOS
Que hay pecado en la Iglesia, es inocultable; así ha sido siempre, dada la condición humana de quienes la integramos, de fieles y jerarquía. Esto no es privativo de la católica, sino que existe en las más diversas denominaciones religiosas. En días recientes, visitando un centro penitencial, los internos me informaron que fue detenido un pastor protestante quien, bajo la apariencia de llevar la Palabra de Dios, introducía droga al penal. Otro más, que despotricaba contra los “católicos borrachos”, ahora está recluido en un centro de rehabilitación para alcohólicos. El pecado, pues, existe en toda la humanidad. Esto no es para autojustificarse, pues el pecado siempre es reprobable y hay que luchar contra él. Todos los días, al empezar la Misa, reconocemos nuestra condición de pecadores y pedimos perdón.
La Biblia nos ilumina. Caín no toleraba que su hermano Abel fuera mejor, y lo mató. El rey Saúl no soportaba que David fuera más exitoso, y trató de eliminarlo. La envidia y la ambición de poder corroen el corazón humano. Los apóstoles, escogidos por Jesús, peleaban entre sí por los primeros puestos; uno de ellos se dejó corromper por sus ambiciones personales. San Pablo advertía a los creyentes de Galacia: “Háganse servidores los unos de los otros por amor. Porque toda la ley se resume en un solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si ustedes se muerden y devoran mutuamente, acabarán por destruirse… Son manifiestas las obras que proceden del desorden egoísta del hombre: las enemistades, los pleitos, las rivalidades, las rencillas, las divisiones, las discordias, las envidias…; quienes hacen estas cosas, no conseguirán el Reino de Dios… Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu. No busquemos la gloria vana provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente” (Gál 5,13-26).
Ha dicho el Papa: “La Iglesia no existe para sí misma, no es el punto de llegada, sino que debe remitir más allá de sí misma, hacia lo alto, por encima de nosotros. La Iglesia es verdaderamente ella misma en la medida en que deja transparentar al Otro”; es decir, a Jesucristo; sin embargo, “nuestras divisiones hacen que nuestro testimonio de Cristo sea menos luminoso”. Pero, “a pesar de los problemas y la trágica realidad de las persecuciones, la Iglesia no se desalienta”.
PROPUESTAS
Yo creo que Jesús sigue vivo en esta su Iglesia, fundada por El, a pesar de sus limitaciones. Te invito a madurar en tu fe y en tu amor, a buscar a Jesús en tu comunidad de creyentes, en los pobres, en los sacramentos y en tus ministros, máxime en el Papa, y no alejarte ni desanimarte por nuestras fallas. Ayúdanos, con tu oración y tus consejos, a purificarnos y santificarnos, para que seamos un sacramento vivo de Jesús.

lunes, 21 de mayo de 2012

MORIR DIGNAMENTE ES VIVIR DIGNAMENTE

Pero no al revés. Léanlo y verán que la frase queda patética. Aquí, curiosamente, el sujeto no puede intercambiarse con el predicado. Sí. No estamos hechos para la muerte. Aunque vivimos un mundo absolutamente contradictorio. Por una parte están las personas que se esterilizan para no tener más hijos, y no por motivos de salud. Y por otro están las que buscan métodos artificiales de fecundación. Por una parte están los que luchan por el derecho a decidir de las mujeres; y para esos mismos, están las mujeres que no tienen derecho a decidir porque como están en el vientre de la madre aún, no se lo preguntan. Por un lado están los que no quieren morir y por otro los que sí quieren hacerlo. Por un lado se crean organismos para prevenir el suicidio de las personas, y por otro se planifican leyes para que la gente se pueda suicidar.

La discusión que publicaron los diarios días pasados sobre la "muerte digna" no fue más que una ensalada de puntos de vista donde más parecen privar los sentimientos. Siempre los sentimientos, nunca la razón. Es cierto que el dolor de muchas personas merece ser respetado y mucho. Pero también es cierto que los sentimientos no lo son todo. Parece que no podemos entenderlo. Por sentimientos se aprobó el pseudomatrimonio homosexual; por sentimientos se promueve el aborto, el cual necesita el apoyo de las estadísticas (las cuales en nuestro País no son un punto de referencia de la realidad) para avalar una decisión previamente tomada. Se habla de casi medio millón de mujeres que mueren por aborto clandestino. ¿Y el medio millón de niñas y niños que mueren por ese mismo motivo a la misma vez? La diferencia está en que esas mujeres que murieron por abortar lo hicieron porque eligieron la muerte de sus hijos, mientras que los hijos nunca decidieron nada. ¿Puede alguien decidir sobre la muerte de otro para salvar la propia vida? ¿Puede una madre decidir la muerte de su hijo para salvar la suya? ¿Es lógico tener una asistencia social para no morir en el aborto y asegurarse de que el niño quede bien muerto?

Todo tiene que tener un dato científico, y si este no conviene, estadístico. El dato científico ya ha probado ampliamente la existencia de la vida humana desde el primer momento de la concepción. Pero para el tema aborto este dato no conviene. Entonces recurramos a las estadísticas y las usemos como conviene. Propongo usarlas del otro lado: hay medio millón de muertes de niños por abortos clandestinos. Mejoremos la asistencia a las madres embarazadas; propongamos encarcelamiento para los padres que inducen, u obligan o abandonan a la mujer que embarazaron. ¿No es terrible que el feminismo luche por el derecho a abortar y no se oponga al machismo que abandona a la mujer cuando se embarazó? Parece que para ambos el niño es una molestia. Lo cierto que es más conveniente inducir a la mujer a abortar, a sobrellevar el síndrome post aborto y a matar al niño; todo eso es más conveniente que cuidar a una mujer embarazada, asistirla psicológicamente o materialmente para que pueda llevar adelante su embarazo y parto; o recibir ese niño abandonado y buscarle un hogar.

sábado, 19 de mayo de 2012

TENEMOS ESPERANZA

El mundo parece seguir siendo de los necios. Pero me confunden las cosas como se desenvuelven. En mi País tenemos grandes exposiciones culturales que llaman la atención de miles de ciudadanos, y a la vez, a pocas cuadras ocurre una manifestación armada por quienes quieren manejar el poder con la imagen, más allá otros luchan por una igualdad de oportunidades para tantos carenciados que no tienen la posibilidad de una educación que les permite buscar horizontes más altos. Pero a la vez se declama una igualdad que permitirá a quienes no encuentran el rumbo de la vida, seguir sin encontrarlo, pero bien convencidos de que han progresado porque han adquirido un derecho.

Se reparten masivamente computadores. Prece que hemos alcanzado una excelencia en la educación. pero los niños siguen preparando sus "investigaciones" copiando y pegando de internet muchos datos que jamás leerán. El acseso a la tecnología se confunde con una posibilidad real de progreso cultural. ¿lo es?

La misma ciencia parece plantearse como un hito de crecimiento y maduración de los pueblos. Pero la ciencia, como ya lo comenté y ahora más, no es ni siquiera el referente para pensar en una visión del hombre. Ser varón o mujer, aunque lo demuestre la biología, la psicología y la anatomía, es una creación cultural. ¿qué tal? Se acabó el mito de la ciencia.

Pero este es el mundo que aparece y desaparece. que vemos surgir en pocos años de historia y lo vemos desaparecer. Los que ayer eran los villanos hoy son los héroes, y mañana será al revés. Mientras tanto miramos hacia el horizonte de donde viene la luz para sentir y vivir el que no estamos en este devenir de la historia como juguetes al son de los poderosos. Somos un resto de humanidad que sostiene con la vida lo que seguirá siendo la fuente de donde renacerá  el hombre y que sostendrá en el momento de la caída, a la gente, a los valores a las cosas que siguen diciendo que somos seres humanos y que valemos mucho. Somos la Iglesia.

viernes, 18 de mayo de 2012

RENOVAR LA IGLESIA

¿Cómo vivir los tiempos presentes? Como católicos tenemos que asimilar un estilo de vida que para nada nos favorece. Pero a decir verdad no es distinto de lo que le tocó a los primeros cristianos. Basta leer los capítulos 5 al 7 de la Primera Carta a los Corintios para darse cuenta. Den esos hechos saco que tenemos que estrechar filas. Y aquí está el verdadero desafío.,

Tampoco se nos escapa la desobediencia de muchos católicos que quieren aggiornarse a las decisiones presentes de legislación, que está siendo lo más notable de los cambios. Sumemos a los grupos grandes de la Iglesia, también liderado por Obispos que no tienen una comunión tan plena con el Papa, y silencian muchas cosas que nos afectan en lo más profundo, dándose el gusto de criticar ácidamente al ministerio episcopal en comunión con la Sede de Pedro.

Vivir la unidad de la Iglesia y estrechar filas, será difícil. Tampoco esto se escapó a la vivencia de los Apóstoles. Volvamos a San Pablo que fue tratado bastante mal por los Corintios y que escuchó del Señor que se quedara en Corinto, cuando recién empezaba a evangelizar porque allí el Señor tenía un pueblo elegido. Para adelante las situaciones se multiplican. Las luchas de la Iglesia hasta el siglo V que hicieron surgir grandes maestros de la fe, pero que tuvieron que enfrentarse con luchas doctrinales que no fueron "luchas de escritorio". La Iglesia, como siempre, salió fortalecida de aquellos duros combates. Y siempre volvió a la fuente: la unidad en torno al Sucesor de Pedro, sobre quien el Señor edificó su Iglesia. ¿dónde están los que pensaron que tenían la verdad en sus manos? ¿dónde los que atacaron al Papa entonces? ¿Dónde están los seguidores de los maniqueos, de los docetistas, de los cátaros, los albigenses? Ya no existen porque sus teorías tan encarnizadamente defendidas en torno a la supuesta razón, fundados en sus teólogos y no en el misterio de la unidad de la Iglesia iluminada por el Espíritu Santo no estaba en ellos.

La unidad comenzará por esta fidelidad a la Iglesia de siempre, la que cada día experimenta la fragilidad propia y le fidelidad del Señor en una humanidad transfigurada por la Pascua. Sigamos haciendo la Historia.