lunes, 21 de mayo de 2012

MORIR DIGNAMENTE ES VIVIR DIGNAMENTE

Pero no al revés. Léanlo y verán que la frase queda patética. Aquí, curiosamente, el sujeto no puede intercambiarse con el predicado. Sí. No estamos hechos para la muerte. Aunque vivimos un mundo absolutamente contradictorio. Por una parte están las personas que se esterilizan para no tener más hijos, y no por motivos de salud. Y por otro están las que buscan métodos artificiales de fecundación. Por una parte están los que luchan por el derecho a decidir de las mujeres; y para esos mismos, están las mujeres que no tienen derecho a decidir porque como están en el vientre de la madre aún, no se lo preguntan. Por un lado están los que no quieren morir y por otro los que sí quieren hacerlo. Por un lado se crean organismos para prevenir el suicidio de las personas, y por otro se planifican leyes para que la gente se pueda suicidar.

La discusión que publicaron los diarios días pasados sobre la "muerte digna" no fue más que una ensalada de puntos de vista donde más parecen privar los sentimientos. Siempre los sentimientos, nunca la razón. Es cierto que el dolor de muchas personas merece ser respetado y mucho. Pero también es cierto que los sentimientos no lo son todo. Parece que no podemos entenderlo. Por sentimientos se aprobó el pseudomatrimonio homosexual; por sentimientos se promueve el aborto, el cual necesita el apoyo de las estadísticas (las cuales en nuestro País no son un punto de referencia de la realidad) para avalar una decisión previamente tomada. Se habla de casi medio millón de mujeres que mueren por aborto clandestino. ¿Y el medio millón de niñas y niños que mueren por ese mismo motivo a la misma vez? La diferencia está en que esas mujeres que murieron por abortar lo hicieron porque eligieron la muerte de sus hijos, mientras que los hijos nunca decidieron nada. ¿Puede alguien decidir sobre la muerte de otro para salvar la propia vida? ¿Puede una madre decidir la muerte de su hijo para salvar la suya? ¿Es lógico tener una asistencia social para no morir en el aborto y asegurarse de que el niño quede bien muerto?

Todo tiene que tener un dato científico, y si este no conviene, estadístico. El dato científico ya ha probado ampliamente la existencia de la vida humana desde el primer momento de la concepción. Pero para el tema aborto este dato no conviene. Entonces recurramos a las estadísticas y las usemos como conviene. Propongo usarlas del otro lado: hay medio millón de muertes de niños por abortos clandestinos. Mejoremos la asistencia a las madres embarazadas; propongamos encarcelamiento para los padres que inducen, u obligan o abandonan a la mujer que embarazaron. ¿No es terrible que el feminismo luche por el derecho a abortar y no se oponga al machismo que abandona a la mujer cuando se embarazó? Parece que para ambos el niño es una molestia. Lo cierto que es más conveniente inducir a la mujer a abortar, a sobrellevar el síndrome post aborto y a matar al niño; todo eso es más conveniente que cuidar a una mujer embarazada, asistirla psicológicamente o materialmente para que pueda llevar adelante su embarazo y parto; o recibir ese niño abandonado y buscarle un hogar.

sábado, 19 de mayo de 2012

TENEMOS ESPERANZA

El mundo parece seguir siendo de los necios. Pero me confunden las cosas como se desenvuelven. En mi País tenemos grandes exposiciones culturales que llaman la atención de miles de ciudadanos, y a la vez, a pocas cuadras ocurre una manifestación armada por quienes quieren manejar el poder con la imagen, más allá otros luchan por una igualdad de oportunidades para tantos carenciados que no tienen la posibilidad de una educación que les permite buscar horizontes más altos. Pero a la vez se declama una igualdad que permitirá a quienes no encuentran el rumbo de la vida, seguir sin encontrarlo, pero bien convencidos de que han progresado porque han adquirido un derecho.

Se reparten masivamente computadores. Prece que hemos alcanzado una excelencia en la educación. pero los niños siguen preparando sus "investigaciones" copiando y pegando de internet muchos datos que jamás leerán. El acseso a la tecnología se confunde con una posibilidad real de progreso cultural. ¿lo es?

La misma ciencia parece plantearse como un hito de crecimiento y maduración de los pueblos. Pero la ciencia, como ya lo comenté y ahora más, no es ni siquiera el referente para pensar en una visión del hombre. Ser varón o mujer, aunque lo demuestre la biología, la psicología y la anatomía, es una creación cultural. ¿qué tal? Se acabó el mito de la ciencia.

Pero este es el mundo que aparece y desaparece. que vemos surgir en pocos años de historia y lo vemos desaparecer. Los que ayer eran los villanos hoy son los héroes, y mañana será al revés. Mientras tanto miramos hacia el horizonte de donde viene la luz para sentir y vivir el que no estamos en este devenir de la historia como juguetes al son de los poderosos. Somos un resto de humanidad que sostiene con la vida lo que seguirá siendo la fuente de donde renacerá  el hombre y que sostendrá en el momento de la caída, a la gente, a los valores a las cosas que siguen diciendo que somos seres humanos y que valemos mucho. Somos la Iglesia.

viernes, 18 de mayo de 2012

RENOVAR LA IGLESIA

¿Cómo vivir los tiempos presentes? Como católicos tenemos que asimilar un estilo de vida que para nada nos favorece. Pero a decir verdad no es distinto de lo que le tocó a los primeros cristianos. Basta leer los capítulos 5 al 7 de la Primera Carta a los Corintios para darse cuenta. Den esos hechos saco que tenemos que estrechar filas. Y aquí está el verdadero desafío.,

Tampoco se nos escapa la desobediencia de muchos católicos que quieren aggiornarse a las decisiones presentes de legislación, que está siendo lo más notable de los cambios. Sumemos a los grupos grandes de la Iglesia, también liderado por Obispos que no tienen una comunión tan plena con el Papa, y silencian muchas cosas que nos afectan en lo más profundo, dándose el gusto de criticar ácidamente al ministerio episcopal en comunión con la Sede de Pedro.

Vivir la unidad de la Iglesia y estrechar filas, será difícil. Tampoco esto se escapó a la vivencia de los Apóstoles. Volvamos a San Pablo que fue tratado bastante mal por los Corintios y que escuchó del Señor que se quedara en Corinto, cuando recién empezaba a evangelizar porque allí el Señor tenía un pueblo elegido. Para adelante las situaciones se multiplican. Las luchas de la Iglesia hasta el siglo V que hicieron surgir grandes maestros de la fe, pero que tuvieron que enfrentarse con luchas doctrinales que no fueron "luchas de escritorio". La Iglesia, como siempre, salió fortalecida de aquellos duros combates. Y siempre volvió a la fuente: la unidad en torno al Sucesor de Pedro, sobre quien el Señor edificó su Iglesia. ¿dónde están los que pensaron que tenían la verdad en sus manos? ¿dónde los que atacaron al Papa entonces? ¿Dónde están los seguidores de los maniqueos, de los docetistas, de los cátaros, los albigenses? Ya no existen porque sus teorías tan encarnizadamente defendidas en torno a la supuesta razón, fundados en sus teólogos y no en el misterio de la unidad de la Iglesia iluminada por el Espíritu Santo no estaba en ellos.

La unidad comenzará por esta fidelidad a la Iglesia de siempre, la que cada día experimenta la fragilidad propia y le fidelidad del Señor en una humanidad transfigurada por la Pascua. Sigamos haciendo la Historia.

domingo, 13 de mayo de 2012

HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA

Siguiendo el razonamiento de los Senadores, el sólo diálogo en el Senado crea una sensación de inseguridad tan grande como la ley aprobada. Hay muchas dudas sobre cómo seguirá la historia. Yo me pongo a pensar en las viejitas que vemos en los geriátricos y a quienes acercamos a Jesús Eucaristía. ¡Con cuánta lucidez lo reciben y no parecen tener ninguna diferencia entre los sentimientos nuestros ante el misterio Eucarístico y los de esas personas que parecen totalmente perdidas de la realidad. Otro tanto es la maravillosa experiencia de aquellos que reciben el Sacramento de la Unción de los enfermos en situación terminal y no sólo salen de ese estado comatoso sino que llegan a la salud completa. Y eso no me lo contaron. Lo viví más de una vez me sigo alegrando del misterio de la vida humana que no puede quedar reducida a una consideración práctica sobre el sufrimiento humano.

Me imagino los cientos de ciudadanos argentinos que pensarán en situaciones similares vividas desde sus experiencias de amor incuestionables, irrepetibles. Si de experiencias se trata, claro.

Pero aún así, aunque yo no tuviera esas experiencias ni nadie más lo hiciera, ¿seríamos por eso autorizados a disponer de la vida de otro? ¿Es más, estamos autorizados a disponer del fin de la vida propia? Como siempre ha pasado en nuestra Argentina eufemista (y nunca pensé que este adjetivo llegara a tener tanto uso práctico) se utilizan estas mismas frases para llenarnos la cabeza de falacias (juicios falsos) Acostumbrémonos a estas palabras para poder discernir las cosas como son, porque últimamente son más usuales de lo que parecen.

Sí. Se quiere identificar el provocar la muerte como una consideración de derecho humano. Para justificarlo se dice que la muerte también forma parte de la vida (chocolate por la noticia). Todavía más audazmente y falazmente se dice que vivir es un mandato social y por lo tanto por qué no cambiarlo por el morir que al fin y al cabo son realidades de la vida. Si el espíritu de muerte ha llegado a nuestra sociedad, ha logrado escalar hasta el lugar mismo de la custodia del bien social.

Pero digamos las cosas claras para no hablar de algo que suponemos. La nueva ley llamada de la "muerte digna" es similar en sus motivaciones a la pretendida ley del aborto. El derecho a decidir. Nada más que aquí tiene dos vertientes muy delicadas: la decisión del que sufre y quiere morir, y la decisión de los parientes que también tienen poder de decisión sobre su pariente que sufre. Desde este segundo punto de vista esta ley de la muerte digna es similar a la pretendida ley del aborto: se trata de que una persona tiene derecho a matar a otra para no sufrir ella. Es más, la consideración es la decisión de que el que vamos a matar deje de sufrir. Así lo plantean quienes argumentan el aborto en casos de pobreza, o de familias numerosas. ASí lo plantean quienes dicen que están cansados de ver sufrir a su ser querido y es mejor dejarlo morir. No puedo evitar pensar en aquellos lugares donde se tiene a perros en estado calamitoso y a nadie se les ocurriría sacrificarlos, sino que los cuidan hasta el final de sus vidas, ¡hasta cambiándoles pañales! Disculpas por los que son sensibles a estos seres irracionales, pero me hace sentir muy mal que no se tenga el mismo sentimiento de compasión por el ser racional. Y dentro de todas las cosas anormales que vemos, tener que decir esto es la consecuencia de la decadencia social en la que estamos sumergidos.

Son varios los puntos de consideración que hay que hacer sobre esta nueva ley nefasta de nuestro País. Pero ahora sólo consideraré algunos.

Aparece como una motivación importante que nuestro País se ponga a la altura de las exigencias de la ONU, que se encuentra abocada a la reingeniería social para diseñar un sistema de Países donde los individuos hayan perdido en lo posible toda su capacidad de ser sociedad para ser simples individuos, lo cual hará que el sentido de Nación desparezca para dar lugar a una humanidad amorfa y perfectamente gobernable. Considerar la ONU como la referente del bien social de nuestro País es una nueva forma de colonialismo y de sometimiento a una superpotencia ideológica. La profundización de los derechos humanos que se propone la ONU con, incluso sanciones a los países que no se someten a sus disposiciones sobre hechos soberanos, es hoy mucho más incidente y peligroso como recurso de dominio sobre las naciones y su autonomía. No cabe duda de que la manipulacion de los medios de comunicación, de la información y el manejo de un sector social que pretende una anarquía social, son los causantes de esta revuelta de valores que impide el desarrollo del País en lo que hace a factores decisivos de su vida presente y futura.

Resulta que morirse es un derecho. No creo que alguien se le ocurra conculcarlo. ¿Habrá alguien capaz de negarle el morir a alguien? No conozco ningún inmortal que camine por las calles de nuestro País reclamando que se atienda "su derecho". ASí aparece el argumento, pero claramente después, a la hora de las consideraciones no se atiende a este otro hecho fundamental: la vida es un don recibido del que no podemos disponer. Digo yo, cuando un adolescente se quiere suicidar, ¿salen los padres a evitarlo sólo porque lo quieren o por la misma vida del adolescente? Pues aquí, esta nueva ley no apunta a cuidar al que padece el mal sino al que lo observa desde afuera. Es para proteger del sufrimiento a quien ve el dolor de otro. Es mejor no verlo, es mejor no sufrir por él. Mejor vamos a decir que es más compasivo que él no sufra,  así que lo dejemos morir. Dejar morir no es amar. Ayudar a vivir dignamente es amar.

sábado, 5 de mayo de 2012