miércoles, 31 de marzo de 2010

MIÉRCOLES SANTO. MISA CRISMAL

Cómo no tener presente en todo momento al Hno. Andrés. Hoy al celebrar la Eucaristía junto a nuestro obispo y renovar las promesas sacerdotales, viví el momento de tan inmenso don recibido. Recordé muchos tiempos de compartir de fe en los que vivimos nuestro ministerio con el sueño de la santidad de lo que hacemos.

¡Qué gran contradicción con los tiempos presentes! Hay una lucha, no hay duda de que es del Enemigo, por desacreditar la capacidad divina del hombre. En apariencia es una "sinceramiento" que hace ver cuán miserables somos los sacerdotes. Y de verdad lo somos, no es una realidad. Lo somos porque somos tan posibles de ser grandes pecadores... pero somos tan posibles de ser grandes santos, y esto último no se quiere ver. Se quiere desacreditar con la sombra lo que es en realidad luz. 

Sí, luz que hemos recibido y que reflejamos, pero evidentemente, luz que al recibirla no podemos dejar de proyectar nuestra sombra. Pero esta es nuestra. Hasta que todo sea luz en nosotros en el abrazo eterno del Sumo y Eterno Sacerdote, Cristo. Por eso el ministerio sacerdotal es una esperanza para todos los hombres. Si vemos tan inmensas miserias nos podemos asombrar que esta sea capaz de tanta luz. Pero no luz propia, Luz que sólo puede venir de Dios. 

Hoy el Señor, en el miércoles santo, ve a su discípulo, Judas el Iscariote en el momento de la traición. Qué lugar significativo alcanza hoy este discípulo... sin quererlo. Su miseria, su traición, contrastando con la elección del Señor, con la conciencia de la traición,  habla perfectamente de lo que el mundo quiere ver. Jesús eligió a Judas Iscariote. Pero es Judas quien no responde al Maestro. Sí, de eso somos capaces; pero miremos de qué es capaz el Señor. El contraste es el de Simón y los demás discípulos. Ellos saben lo que quieren hacer. Todos dicen lo mismo "no te abandonaremos", pero el Señor sabe que sí lo harán. Eso no cambia su elección, eso no cambia la misión. La razón de la Redención no es la fidelidad de los discípulos, sino la del Maestro.

Al mirar mi limitación y mi miseria, no quiero ser una tristeza para tí, Señor. Que sea tu alegría, pero que mis Hermanos lo sean más que yo. Amén

martes, 30 de marzo de 2010

MARTES SANTO (Jn. 13, 21-33.36-38)

Se acerca la Pasión. Otra vez dos discípulos del Señor se ponen frente al drama del Maestro. La situación es extrema. La incertidumbre del nuevo protagonismo inesperado, la traición, genera distintas actitudes. Sin proponérselo, ambos discípulos, Judas y Simón, tienen la misma ansiedad, pero ambos tienen distinta respuesta. 

Judas sigue su plan, Simón sigue sus ideas. Ambos confían en sí mismos. Ninguno de los dos sabe hacer, en ese momento, el camino del discípulo. El primero se elegirá a sí mismo, y despreciará el camino del Maestro. El segundo creerá tener las cosas claras, pero ha perdido la conciencia de su fragilidad, de su humanidad más encarnada: el miedo y la incertidumbre de lo que no podemos manejar. Ambos dejaron de hacer lo mismo: permanecer junto al Maestro. Pero después del fracaso sus historias cambiarán ¡y cómo!

¡Qué fácil es juzgar sus historias, qué difícil es sustraer la propia vida de sus sentimientos! Señor, que permanezcamos a tus pies siempre.

lunes, 29 de marzo de 2010

LUNES SANTO (Jn. 12, 1-11)

En escena cuatro personajes: María, hermana de Lázaro con la delicadeza y la intuición femenina. Perfume y profecía. Judas Iscariote, hombre del ahora, de la realidad y de la mentira. Los sumos sacerdotes, le religión controlada y Lázaro, testigo en sí mismo, silencioso y presente.

En este cuadro de sentimientos opuestos, Jesús ve llegar su hora. Pasa por encima de la limosna robada por Judas. No le interesa la apariencia del mundo. Hasta parece no importarle los pobres. ¿Dónde está puesta su atención? En su Pascua. ¿Será que ante el peligro inminente de muerte ya no tiene tiempo de ver la realidad? Los pobres claman, Judas roba y él está muy tranquilo dejándose lavar los pies con perfume caro. ¿Será que ve la realidad tal como es? "Busquen primero el Reino de Dios y su justicia", enseñaba el Maestro. ¿No está el Reino en los pobres, privilegiados de él? " A los pobres los tendrán siempre". Parece una sentencia definitiva, pero es claro el diálogo personal con Judas. No es un desentenderse de ellos, es vivir los tiempos de Dios y comprender desde ellos lo que pasa. A los pobres los tendremos siempre, debemos preocuparnos siempre. Me cuestiona. Será una realidad de contínua atención, pero no será la realidad meta de la Salvación. "A mí no me tendrán siempre". Señala un momento preciso, histórico, concreto. El se irá de nuestro lado. La atención debe estar puesta en El, no sólo porque es ese momento de su historia, sino porque es la causa de que todo lo demás acontezca... incluso la atención a los pobres. 

María, mientras este diálogo ocurre, sigue lavando los pies con perfumes. Por su corazón pasa una angustia presentida. Ella reservó este perfume para la sepultura de Jesús. El amigo que cada año peregrinaba a Jerusalén y se alojaba en su casa, llenando de alegría su vida cotidiana está a punto de morir. El hermano que escuchó el dolor de Marta y de ella y que le devolvió a Lázaro está ahí. El mismo en aquellos largos coloquios cuando María se sentaba a los pies del Maestro había llegado a atesorar el momento de la cruz. El Maestro lo dijo abiertamente a sus disípulos, ella lo había escuchado. El Maestro había hablado con ella, su discipula atenta, y en aquellas palabras ella pudo comprender todo, al menos todo lo que los discípulos podían comprender en ese momento. 

María otra vez desatenta a la casa, ajena a los sentimientos de Judas, presente ante el Señor. María, insensible al gasto que hizo, ¡Esforzada en el amor! ¡¿Qué pasó?! ¿Qué te enseñó el Maestro? Me cuestiona. ¡Qué bien que Juan haya notado tu presencia, profetisa y amiga! Era necesario que en el Evangelio del que vuela alto, del Juan contemplativo; estuvieras siendo signo del Reino que viene y signo del Reino presente. Porque cuando el discípulo está a los pies del Maestro, ya no vive en la urgencia de las cosas que pasan, sino en la realidad de las cosas que salvan... también a los pobres, a los que los tenemos siempre, a los que debemos cuidar siempre. 

Lázaro, testigo callado. ¿Aprenderé a vivir en riesgo de ser asesinado? ¿Por qué no huiste? Pero ya has conocido el sabor de la Vida. ¿Quién nos separará del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús?

domingo, 28 de marzo de 2010

DOMINGO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

Hoy hubo mucha gente en la Parroquia. Más que el año pasado. Prediqué pensando en un tema que me obsesiona: Jesús es el centro de nuestra fe. Me ha impresionado el texto del Card. Castrillón Hoyos sobre el mensaje que tiene el ciberespacio sobre la religión. Todo un mercado de venta de bienestar a medida del consumidor. Fe barata. Fe sin Cristo (aún la cristiana).

Se podría decir que es necesario llevar a las personas a descubrirse a sí mismas como hijas amadas de Dios, y de hecho lo predicamos. Pero es más urgente, me parece, llevar a todos a descubrir a Dios, para luego sentirse amados. Y descubrirlo en Jesús porque "el que me ha visto a mí ha visto al Padre".

Es Jesús, mi Maestro. Te queremos acompañar, Señor, en estos días. Que mi corazón esté palpitando con el tuyo. Que nada me distraiga para que en la Liturgia, en mis palabras, en mis gestos y en los momentos menos expuestos a los demás, tus pasos sean mis pasos.

Buena Semana y Santa Semana para todos.

viernes, 26 de marzo de 2010

UN BUEN COMIENZO


Hace tiempo que quería empezar un blog personal. Ahora es el mejor momento. Hemos despedido a nuestro Hermano Andrés DJ. Falleció súbitamente esta madrugada. Tenía 44 años de edad.

Es el mejor momento porque no tengo tiempo para nada, porque estamos cerca de Semana Santa, porque la Pascua de nuestro Hermano Andrés... es el mejor momento porque "no puedo callar lo que he oído".

El Señor comenzará mañana el camino de la Pascua. A la aclamación triunfante del pueblo le seguirán los gritos de condena. Pero seguirá lo más concreto: su Pasión y su Muerte. Así es la vida. Hoy llenos de gloria, abucheados después, pero a la hora de la muerte ¿Quién se escapa? Eso es lo más significativo, o lo más significante. La muerte le da significado a todo lo que hemos vivido. Es el punto oscuro que hace más patente la luz. Ella nos muestra la inútil vaciedad de muchas luchas pero también el buen resultado de las verdaderamente valiosas.

Así es el camino de tu vida en este presente, Hno. Andrés. Has elegido la mejor parte. Hoy tu vida, en vez de perderse se gana. Todos tus combates encuentran la corona del triunfo. Tu esperanza ahora es cierta y la tienes en tu mano.

Te dedico el poema que publico y que escribí hace muchos años, todavía en tiempos de juventud. Un abrazo hasta la eternidad.

P. Joaquín Rafael DJ